Allá por los años 60, James Mc Neal, gurú del marketing y la publicidad, comenzó a hablar del marketing infantil y de la clara influencia que ejercían los niños en la decisión de compra de sus padres. Todos lo miraron como al raro. Nunca antes se había ideado una campaña dirigida al público infantil directamente o incluso tenerlo en cuenta como target. Sin embargo, su hipótesis comenzó a tener cada vez más fuerza y desde entonces son muchas las marcas, infantiles o no, que tienen muy presente a este Público objetivo.
Claros ejemplos son aquellas marcas que intentan encandilar a los niños con un juguete o una sorpresa y después intentan convencer al padre con la calidad del producto. ¿Qué padre no se ha visto en el supermercado comprando un paquete de pañuelos, una botella de agua o una caja de cereales solo porque venía la cara del personaje favorito de su hijo en la caja o regalaban un juguete? Solo por ver la cara de ilusión de los más pequeños de la casa, se acaba comprando este y no aquel producto.
Esto demuestra que los niños tienen una gran capacidad de decisión de compra y más aún en un nuevo modelo de familia donde las decisiones son más democratizadas y se les da a los niños un espacio para que puedan expresar su opinión. Varios estudios incluso afirman que los niños deciden más de la mitad del consumo de sus progenitores.
¿Qué factores debemos tener en cuenta?
Cuando trabajamos para el mercado infantil hay ciertos factores clave a tener en cuenta:
1. Los niños sienten pasión por la tecnología. Han nacido con ella, no entienden el mundo analógico. ¿Qué niño de hoy en día no sorprende a los adultos por saber manejar mejor un Smartphone que ellos mismos? ¿O esos niños que ven una revista e intentan interactuar con la foto como si fuese una Tablet?
2. Los niños toleran mal la frustración, y buscan la recompensa rápida. Esa que le proporciona el juguete que viene en la caja de cereales.
3. Los niños siempre quieren jugar y buscan la diversión y el entretenimiento y adoran a las marcas que consiguen empatizar con ellos y ver el mundo desde su misma óptica.
4. Aunque también, sus gustos son muy efímeros. Evolucionan muy rápido y lo que un día fue su máxima ilusión a los 3 meses se han olvidado de ello.
En Drac Pixel trabajamos de lleno en este sector
El equipo de Drac Pixel Group ha ayudado a la difusión y gestión de la comunicación ON y OFF de varias marcas infantiles, entre ellas, La gata Lupe y La oveja Shaun. Ambas series de televisión con targets de entre 2 – 6 años y 5 – 12 años. Públicos objetivos muy distintos, pues aunque se trate de público infantil la capacidad de decisión de un niño de 2 años no es la misma que la del niño de 12. Por eso, entendemos que en el marketing infantil siempre tenemos que considerar a dos targets principales: padres y niños. Sin embargo, tampoco podemos olvidar a los cuidadores, y a todos aquellos susceptibles de hacerles regalos a los niños.
Hoy día, y dado que los niños son seres 100% tecnológicos, tener presencia en el mundo digital es fundamental para generar reconocimiento de marca y dar mayor visibilidad al producto.
Los canales imprescindibles en el mundo infantil son: YouTube, para poder ver todo el contenido audiovisual bajo demanda, sin necesidad de esperar. Tan importante es el porcentaje de público infantil que consume vídeos de Youtube que han creado una APP en exclusiva para los niños con contenido para ellos y restricciones (Youtube Kids).
Instagram, donde se encuentran todas las influencers que te pueden ayudar a crear confianza en tu target, como son las Mummy Bloggers. Y, Facebook, donde se encuentran la mayoría de los padres.
El principal desafío para el mundo del licensing (productoras, licenciatarios, jugueteros…) es tener capacidad de adaptarse de forma ágil a los cambios frenéticos.
“El reto consiste en adoptar su visión y empatizar con los niños, la investigación permanente y la agilidad en la toma de decisiones.”
El objetivo sigue siendo encandilar a los pequeños y después pasar el filtro de los mayores. Como decía Mc Neal: “Solo hay dos maneras de obtener clientes, robándolos a la competencia o captándolos de niños”.